sábado, 13 de octubre de 2012

ARGENTINA

Muchas mujeres argentinas son una mezcla de europea y sudamericana, una combinación genetica que las a hecho sensuales, eroticas, y exitantes para la vista del macho sudamericano.
Adornando mi Blog esta este ejemplar de mujer argentina, desnuda tapandose con sensualidad sus partes íntimas, abriendo generosamente las piernas y con una mirada pícara que despierta el líbido. 

jueves, 20 de septiembre de 2012

Recuerdos Huatiqueros

Recuerdos Huatiqueros - Marco Aurelio Denegri


Extracto de Recuerdos Huatiqueros en Miscelánea Humanística (2010)



‹‹!Ahora los casados van a tener que prestar!››

El parroquiano de Huatica se expresó así, exclamativo, aquel mediodía del 27 de julio de 1956, en la esquina de Huatica y 28 de Julio, donde estábamos unos cuantos curiosos viendo la partida de las últimas putas. Nos hallábamos frente a una casa que había sido construida veintidós años antes y que todavía existe. En la parte superior del frontispicio d esa casa, que es la de la izquierda, si uno mira al Sur, se ve la inscripción siguiente: 1934.
La putería de Huatica terminó, pues, juntamente con el gobierno de Odría. Se había establecido en 1928, pese a la oposición de Luis Alberto Sánchez (él mismo me lo dijo) que era por entonces asesor legal de la Municipalidad de La Victoria.
El jirón Huatica, que antes se llamaba 20 de Setiembre y hoy se llama Renovación, se inicia al terminar la primera mitad de la quinta cuadra de la Avenida Grau, puesto que Renovación divide en dos la quinta de Grau, y se prolonga siete cuadras, hasta Sebastián Barranca; siete cuadras que, parecen ocho, porque la primera se divide en dos cuadritas, separadas por la calle Misti. (*)
En la cuarta cuadra, entre 28 de Julio y Bolívar, estaban las putas caras: cobraban diez soles por polvo; las restantes, cinco. (Tarifa de 1954) Había dos o tres vejestorios extranjeros de escasísima clientela; posiblemente sobrevivientes del grupo muy solicitado de polacas y francesas que hubo en los inicios. En las dos últimas cuadras no había muchas putas,, quiero decir, de las que atendían hasta la una de la mañana, pero a partir de esa hora y hasta las cinco de la mañana funcionaba en la séptima cuadra el establecimiento puteril de Luz Gómez, sito exactamente en Huatica 754 y cuyo número telefónico era el 39577. (Véase la Guía Telefónica de Lima, Callao y Balnearios, primera edición, 1951, primera columna de la página 101. Véase también el libro de Roberto Prieto Sánchez, Guía secreta. Barrios Rojos y Casas de Prostitución en la Historia De Lima. Lima, Centro Cultural de España y Universidad Ricardo Palma, 2009, 194-201.)
El horario de atención al público era, oficialmente, de siete de la noche a una de la mañana; pero, en realidad, a partir de las dos de la tarde, poco más o menos, ya había algunas mujeres que ofrecían sus servicios, esmerándose las pobrecitas en provocarnos inútilmente luciendo sus inapetecibles cuerpos decadentes y otoñales.
Nunca vi putas en las mañanas: todas dormían; todas las que vivían allí, que no eran todas las que trabajaban. Las residentes pagaban alquiler mensual; las otras, semanal o diario. En cada casita había dos o tres mujeres; muy rara vez una sola.
Era de rigor, ¡cómo no!, la presencia del mandadero, que invariablemente se llamaba Juan o Pedro; iba y venía de una parte a otra, incansable; era un mozo eficiente al que las putas solían mandar a gritos:

‹‹¡Juan, recoge el balde!››
‹‹¡Pedro, estoy esperando el papel higiénico; apúrate, pues!››


El hacernos pasar a las casitas y recorrerlas hasta llegar al cuarto de la ocupación, conversando como buenos amigos; y una vez en el cuarto, la relativa imprematura del servicio, el trato familiar, el ambiente hogareño, todo esto era de veras solazante.
Ocupación, dije, y dije bien, porque en Huatica, efectivamente, todos nos ocupábamos, nadie brincaba, y hasta las mismas putas, sobre todo cuando escaseabam los marchantes, nos decían con algún apremio:



‹‹Oye, papito, ¿no quieres ocuparte? Ven, pues te voy a hacer de todo, bien rico, ¿ya?››


A mí me gustaba conversar con las putas, conversación que era cháchara, desde luego, pero me gustaba conversar con ellas. ¡Y la de cosas que conversábamos! Recuerdo que una pichona negroide me contó cierta vez que tenía un hijo llamado Sigfrido, y yo, ¡qué tal cojudo!, tratando de culturizarla, le dije que ése era, precisamente, el nombre de un drama musical de Wagner.
La cháchara callejera era linda, de preferencia en las tardes, a eso de las cuatro, cuando un Sol suavecito entibiaba el jirón y el que esto escribe, junto a la puerta o arrimado a la ventana, se entretenía con sus amigas intercambiando trivialidades de marca mayor. Sí, amigas, porque no se trataba de las putas de Huatica, sino de mis amigas las putas. Y con ser esto distinto, era además mejor.
Sin embargo, no porque lo fueran podíamos pagarles después de la encamada; no tenía que ser antes; de suerte que, previo pago, nos desvestíamos semicompletamente, sólo de la cintura para abajo, y ella nos acercaba a la lamparita dela mesa de noche para inspeccionar el miembro. Aprobado el examen, venía la ocupación propiamente dicha.
Cuando adornábamos el polvo con platos, pagábamos naturalmente más. Los platos era las poses, el uso de la vía estrecha y vecina, y lo que popularmente se llamaba corneteo y técnicamente se llama felación. Un servicio completo incluía varios extras y podía llegar a costar cincuenta soles.
Escrita con tiza en la puerta, figuraba a veces la minuta, encabezada por el nombre de la ofreciente. Por ejemplo:



ESTHER
Platos y servicio completo

Corneteo
Doy el chico
Poses:
‹‹El perrito››
‹‹Filo al catre››
‹‹Piernas al hombro››
Atención esmerada



Al cabo de la jornada, la amiga traía una palangana con agua tibia, que nosotros sosteníamos con ambas manos, mientras ella jabonaba y lavaba al combatiente inaltivo. Nos secábamos con papel higiénico. Después, a vestirse y hasta la próxima.
Nunca me olvidaré de esos cuartitos donde se tramitaban los polvos de medio Lima. Pintados de rosado, carmesí o añil, y en algunos casos, prácticamente empapelados con fotos de mujeres calatas en poses sugerentes. En un rincón el primus infaltable. Y el olor, ¡ese olor!, que caracterizaba a los cuartitos, olor a hierbas aromáticas y alcohol. Y la música, ¡ah, la Sonora Matancera! No había puta sin radio y todas sintonizaban la emisora más populachera, Radio Libertad. ¡Cómo no voy a recordar ‹‹El corneta››, por Daniel Santos, o ‹‹Las muchachas››, por Carlos Argentino, o ‹‹Burundanga››, por Celia Cruz!
A estas memorias, muy claras y agradables, sumo de paso la siguiente, de carácter anecdótico:
Un buen día, allá en 1952, me encontré en Huatica con mi profesor de Castellano. Fue en la cuarta cuadra, lo recuerdo perfectamente. No me sorprendió mucho el encuentro (al fin y cabo, quién no iba a Huatica), pero a él sí, y la suya fue grandísima sorpresa. ¡Oh, si me parece estarlo viendo, todo descompuesto e incómodo! Al buen hombre se le había planteado un problema moral. Pues claro, ¿qué ejemplo era éste para la juventud?
Trató de explicarme que no había ido expresamente a ese sitio, sino que ‹‹pasaba por allí››. Fingí creerle, pero él reparó en mi fingimiento y siguió explicándome. Total, nos dirigimos a un restaurantito cercano de 28 de Julio y mi profe quiso invitarme un tamal, sólo le acepté un café; y casi durante un par de horas me endilgó una perorata acerca de los inconvenientes y peligros de acortarse con putas.
Lo divertido es que años después vi a este rectorcillo de moralina en uno de los corralones de la Avenida México, donde se había establecido el nuevo barrio rojo.
En lugar de reprobar, o atenuar, o disimular, el lance prostibulario, debió este profesorcito -¡hubiese sido más pedagógico!- compartir con su alumno la experiencia y decirle por ejemplo:

‹‹¡Caramba, qué gusto de verlo por acá! ¿Y? ¿Cómo está la putería? ¿Usted ya se ocupó? ¿No? Ah, entonces venga conmigo, acompáñeme, vamos a dar un vistazo.››

Pero no ocurrió esto; pudo más la moralina y ese afán de querer dar ejemplo a la juventud. ¡Maldita la falta que nos hacen semejante ejemplos!
Corría válida por aquel tiempo la creencia de haber mucha peligrosidad en el mentadísimo jirón victoriano.

‹‹No vayas a Huatica, te pueden asaltar o cortar; hay hampones, no vayas, ten cuidado.››


Así se advertía a los jóvenes, así nos advertían los mayores. Y, sin embargo, la delincuencia reinante en Huatica era supuesta. Lo comprobé repetidas veces recorriendo el jirón a las horas más peligrosas: a las dos de la mañana, a las tres, a las cuatro, o sea cuando no había el menor asomo de vigilancia policial. Nunca me pasó nada. No digo que la gente de por allí fuese celestial. Tal vez había hampones, uno que otro, tal vez; pero lo que no había era hampa organizada. Eso, no. (**)
Por otra parte, las matonadas no pegaban en Huatica. Recuerdo al respecto haber visto un día a dos cabos semiebrios que estaban aprovechando su licencia para hacer lo que les venía en gana. Insultantes, recorrían el jirón fastidiando a las mujeres y pateando las puertas de las casitas. El público circunstante fue indignándose a medida que crecían los abusos. Y he aquí lo interesante: la indignación popular fue tanta, que la gente terminó por apedrear a los dos matones vociferantes, que por supuesto tuvieron que salir disparados.
Ni morada de delincuentes ni escuela de carteristas y chaveteros. Nada de eso era Huatica. ¿Y entonces qué era, el Paraíso? Pues no, tampoco; pero sí un barrio rojo pintoresco que tenía cierto aire edénico. Por eso el ingenio de nuestro pueblo, valiéndose del título de una las películas de James Dean, había forjado el siguiente chiste en tres actos:


Primer acto: Aparece la Plaza Manco Cápac.
Segundo acto: Al centro de ella se aprecia la estatua de Manco Cápac.
Tercer acto: Se ve al Inca señalando con el brazo extendido.
¿Cómo se llama la obra?
Al este del Paraíso.


Efectivamente, Manco Cápac está señalando justamente en dirección a Huatica, señala al Este, al Este del Paraíso…

(*) Según la Guía ‹‹Inca›› de Lima Metropolitana, Renovación es calle, vale decir, vía o camino que pasa entre dos filas de casas o edificaciones. La calle puede tener, pues, varias cuadras; pero yo siempre he creído que cuando la calle tiene varias cuadras, entonces no es calle, propiamente dicha, sino jirón. Para mí la calle es una vía de una sola cuadra. Cuando tiene varias se llama jirón, que como dice la Academia, es la ‹‹vía urbana compuesta de varias calles o tramos entre esquinas››.
(**) ‹‹Tiempos venturosos —dice Tamariz— en que se podía transitar esos barrios de las avenidas 28 de Julio, Sucre o Bolívar, a pie y distraídamente, […] sin ningún sobresalto.›› (Domingo Tamariz Lúcar, ‹‹Años 50: Lima nocturna››. Caretas, 1992, 30 de marzo, Nº 1204, 64.)

sábado, 30 de junio de 2012

Ventanitas del placer

Puta del legendario jirón Huatica, asomandose en su ventanita.
En estos días últimos días de junio del 2012, que han clausurado el Bote, me parece que esos antros como el Bote y el Troka pensados para los años 70s, estan llegando a su fin. En una Lima altamente sexualizada, donde se puede buscar a una puta en forma tan fácil como comprar un periódico de china, ya tiene poco sentido un prostíbulo de las dimensiones del Bote y el Trocadero, ya es hora de la Zona Rosa

Ventanitas del placer 

La República, Domingo, 13 de septiembre de 2009 | 6:02 pm .
1http://www.larepublica.pe/13-09-2009/ventanitas-del-placer
En el jirón más libidinoso de la Lima del siglo XX, los parroquianos eran seducidos desde las ventanas que miraban a la calle. Siete largas cuadras ofrecían espacios suficientes no solo para copular, sino también para bailar y dispersarse. Una singular investigación del arquitecto Roberto Prieto, próxima a publicarse, muestra la realidad prostibularia de la ciudad capital.

Por Ghiovani Hinojosa


La ‘mamita’ Luz Gómez abre el rústico portón verde e invita a procesar la excitación, a mezclarla con tertulias literarias y a danzar con inaudita desenvoltura en la pista de baile. Es la antesala de la cópula, un momento previo muy tenido en cuenta en los burdeles limeños de mediados del siglo pasado. La pacatería capilatina entonces había extirpado de las conversaciones aceptadas socialmente no solo la sexualidad, sino también cualquier poema o canción que parezca transgresor. Así que empinar los codos sobre una mesita del gran salón y cerrar los ojos para oír, entre humo y risotadas, los fraseos del bolerista Daniel Santos era la libertad: “En el juego de la vida/Juega el grande y juega el chico/Juega el blanco y juega el negro/Juega el pobre y juega el rico…”, reproducía la vieja rocola.

Juan Marcoz, otrora bohemio periodista del diario “La Crónica”, cuenta que el burdel de la ‘mamita’ Luz estaba conformado por “pupilas que en octubre dejaban de prostituirse para convertirse en pudorosas sahumadoras de la procesión del Señor de los Milagros, y en Semana Santa aceptaban el silencio y el recato hasta la medianoche del viernes en que empezaban a jaranearse”. Algunas de las queridísimas eran “La Incompleta” (llamada así porque “no tenía nada por adelante ni por atrás”), Chacha e Hilda. Este emblemático antro del placer fue, según los más memoriosos, uno de los espacios sexuales más requeridos del jirón Huatica, la arteria prostitucional por excelencia de la Lima de antaño.

La calle de los gemidos

“A los 12 años se conversaba entre chiquillos de un paraíso sexual donde había mujeres dispuestas. Huatica fue el centro de bautismo sexual para cualquier ciudadano. La norma era salir de pito”, rememora Jorge Vega “Veguita”, según el testimonio recogido por el arquitecto Roberto Prieto para su investigación “Guía secreta. Barrios Rojos y Casas de Prostitución en la Historia de Lima” (2009). Según las pesquisas de Prieto, las autoridades ediles ordenaron la concentración de casas de citas en Huatica –hoy jirón Renovación, en La Victoria– en 1928, ante el boom de burdeles que siguió al derrumbe del muro que cercaba Lima en 1872. “La capital era chica y cerrada hasta en la idiosincracia. Cuando la ciudad empezó a crecer a fines del siglo XX, hubo una apertura mental en los limeños y los prostíbulos se multiplicaron”, relata el investigador.

Así es que, durante casi tres décadas –en Huatica la prostitución se extendió hasta 1956–, siete cuadras enteras de esta calle fueron tomadas por “boquitas pintadas” que, apostadas en las ventanas de sus casas, recibían a urgidos parroquianos. La fisonomía del jirón era festiva: aguateros, fritangueros, guardianes y cafichos pululaban murmurando y riendo resueltos. Tal vez por eso una revista de la época no dudó en llamarla “gran empresa puteril”.

Huatica estaba pulcramente dividida según las leyes de la oferta y de la demanda: en las primeras cuadras, las connacionales ofrecían su “amor” a un sol (entonces, un empleado común ganaba semanalmente alrededor de 12 soles), mientras que en las últimas, las francesas, rusas y polacas eran las más cotizadas. Estas últimas habían huido del horror de las guerras mundiales en Europa y habían encontrado una polémica manera de brillar entre los hombres.

El escritor Mario Vargas Llosa trae en su novela “El pez en el agua” algunas precisiones sobre la distribución de las cuadras. “La más cara (la de las francesas) era la cuarta; luego, hacia la tercera y la quinta, las tarifas declinaban hasta llegar a las putas viejas y miserables de las primeras. Ruinas humanas que se acostaban por dos o tres soles (las de la cuarta cobraban veinte)”, dice en la página 123. Nuestro escritor más importante era un fecundo conocedor de la realidad putañera de Huatica. Una vez, cuenta en ese libro, fue recibido por una brasileña en la zona de las extranjeras. “La mujer no se desnudó. Se levantó la falda y, viéndome tan confuso, se echó a reír y me preguntó si era la primera vez. Cuando le dije que sí, se puso muy contenta porque, me aseguró, desvirgar a un muchacho traía suerte”, relata.

No fueron pocos los personajes de las artes y ciencias peruanas que empezaron su vida sexual en esta emblemática calle victoriana. El psiquiatra Mariano Querol se lo contó así al arquitecto Roberto Prieto: “Yo me inicié con prostitutas en un barrio de prostitución, concretamente en el “20 de Setiembre”, que se cambió de nombre a Huatica, por protestas de los italianos por su día de independencia (…) Buscaba a las blancas porque eran las más pulcras, mejor vestidas, el olor… Yo trataba de encontrar siempre la misma porque se entablaba una relación, una rebaja; era caserito (…) Se establecía una relación que hacía conversar”.

Prieto recuerda que, por esos años, empezaron las migraciones masivas de hombres y mujeres de la sierra del país a Lima. Los nuevos habitantes, según él, cambiaron drásticamente la dinámica sexual de Huatica. “Datos fidedignos aseguran que fue en esta vía donde las meretrices extranjeras, al ver amenazada su economía producto del aumento de provincianas que cobraban una ganga, inventaron una novedosa oferta copulatoria a la que llamaron ‘servicio completo’ o ‘tres platos’”, revela. Otros personajes –el comisario Alfredo Palacios ‘Rascachucha’, el superdotado caficho ‘Pinchesqui’ y la extraviada poeta de la cama ‘Shimabuco’– completan la historia de este jirón en el que alguna vez cabieron, apretujadas y extasiantes, 256 casas de citas.

Sexo en la periferia

“Ir a huatiquear” –como se decía– ya no era común en los cincuenta. Desde 1956 y hasta 1966, casi todos burdeles de Huatica se habían trasladado al final de la avenida México, a espaldas del cerro El Pino, a una zona bautizada como La Floral. Ese fue, según Roberto Prieto, el segundo y último barrio rojo limeño. En medio de vendedores ambulantes –recién aparecidos en la capital– y broncas callejeras, miles de peruanos disiparon sus más calientes instintos sexuales en casuchas en medio de un pampón. Y es que La Floral estaba ubicada en los extramuros de la ciudad, junto a unos terrenos agrícolas que anunciaban el fin de la urbe. Allí nadie los apuntaba con el dedo.

“De pronto, La Floral quedaba en el centro”, interviene Prieto. Lima había crecido tanto en los sesenta que ya parecía no haber un espacio donde agrupar las casas de placer. Entonces, todas se desperdigaron por avenidas y jirones muy transitados, como Amazonas, Quilca y algunas arterias del Rímac. Sin embargo, en un ejercicio de extraña sinergia sexual, los prostíbulos se asentaron en torno a dos enclaves: el kilómetro cinco y medio de la Carretera Central y el final de la avenida Argentina, en el Callao.En el primero, decenas de ‘moteles’ de dos pisos albergaron a furtivos amantes que llegaban en discretos automóviles; y en el segundo, se instaló El Trocadero, un centro del placer de tinte popular que, según Prieto, incluía uno de los salones de baile más apreciados de la época, en cuyos rincones –revela– se oyó la salsa por primera vez en el Perú. Así de real es la historia prostitucional de Lima, esta ciudad en la que, según dijo alguien, “antes gozaban pero callaban”.

miércoles, 30 de mayo de 2012

UN GRAN PUTAÑERO

Jorge Vega Veguita
En el submundo de la prostitución pocas personas cultas hayé, al leer el testimonio de vida de Jorge, viejo putañero, me doy cuenta que es posible que cultura y puterio no sean temas divorciados. Pero hombres como Vega veguita me parece que están en extinción, son parte de una Lima que se va, a continuación extractos del discurso de Jorge en la presentación de un libro sobre la prostitución.

Presentación del libro "Guia Secreta..." por Jorge Vega "Veguita"
Discurso poético-histórico-inmoral de Jorge Vega “Veguita” leído en la Biblioteca Nacional del Perú, el martes 15 de septiembre del 2009. Veguita es un eximio vendedor de libros, esgrimista de la palabra, amante de la buena comida, del mar de La Herradura y de los buenos licores, poseedor de una virtuosa memoria y de una altísima cultura. Legendario e incorregible putañero: parroquiano, caserito, camote y marido de un sinnúmero de mariposas nocturnas desde los 1950.
Gracias, amigo.

querido público:

Hablaremos esta noche, en un lugar tan serio como vetusto, de un tema aparentemente divertido. El de las mujeres alegres. Para mí esto es una gozosa paradoja.

Roberto Prieto, joven arquitecto, ha logrado, con inusitado instinto investigatorio, descifrar y mostrarnos las telarañas prostibularias que cubrían nuestra ciudad. Una Lima subterránea y roja ha sido redescubierta por él.

Todo un mundo de damas galante sepultado por la historia oficial revive sus páginas, demostrando la doble moral de nuestra añeja Lima, llena de complejos y cucufaterías para la exhibición.

García Márquez habla de las putas tristes…son tristes cuando envejecen. La edad es un límite para muchas profesiones y puede decirse que una puta vieja es una caricatura, como un galán senil, un payaso con reuma.

El leer el libro ha suscitado en mí un raro milagro. He vuelto a escuchar memorables rumbas y boleros escapados de viejas radiolas, he visto nuevamente el cielo ceniciento de nubes cigarreras, he oído el choque de vasos contra vasos, el destapar de botellas, el chirriar de viejos catres, innumerables carcajadas…he visto rostros juveniles de amigos que ahora son rancios y morales…he vislumbrado también, y con reproches, los amaneceres, que como en los cuentos, rompían los encantos de la diversión.

Ventura García Calderón, nuestro gran literato decía que “el día tiene doce horas pero la noche era infinita”. Y en esa nocturnidad vivíamos algunos limeños que detestábamos al Sol, con esas princesas nocturnas que eran nuestras vírgenes de alquiler e intercambiábamos diálogos intrascendentes, amores no duraderos y tiernas embriagueces.

Las páginas del libro me han retrotraído a la memoria a Huatica, a México, al Trocadero, al Cinco y Medio y a un centenar más de burdeles en los que agotaba mis noches y mi sed infinita de licores.

Declaro que el arquitecto Prieto me ha hecho soñar con los paraísos perdidos de los sexos pagados, los labios con sabor a licor y a cigarros… También los angustiantes despertares con resacas y restos de licor surgían ceviches y parihuelas.

En lo personal confieso que soy un ateo que ha ejercido el papel de parroquiano con el fervor de un creyente y con tanta devoción que he diseñado mi futuro epitafio: Comerán los gusanos lo que dejaron las polillas.

Como Federico More, puedo decir que “todos los dineros que he ganado en mi vida han sido para ellas”. Es que he vivido oscilando entre el placer de la embriaguez y la embriaguez del placer.

Este loable libro reverdece un mundo que sigue existiendo, pero ya sin la magia y elegancia del pasado. Antes la prostitución era un jolgorio, hoy no pasa de ser una comida al paso, chatarrera, rápida y sin sabor.



lunes, 28 de mayo de 2012

COMICS PROSTITUCION II


En estos tiempos ya no se si pensar si la prostitución es buena o mala. Lo que si es crititcable es que se maltrate a las prostitutas simplemente por serlo. Obviamente se debe castigar a todo aquel que haga daño a otra persona. El que maltrata o cafichea a una puta debe ser sancionado.

jueves, 17 de mayo de 2012

COMICS Y PROSTITUCION




SE OFRECEN CARICIAS
Me parece muy interesante que se use dibujos en forma de comics para informar y concientizar sobre la situación de la prostitución
Fuente: Blog se ofrecen caricias

martes, 15 de mayo de 2012

SOY TRABAJADORA SEXUAL


SOY TRABAJADORA SEXUAL
Excelente cortometraje que refleja la forma de pensar de una puta, sus temores y anhelos asi como la "mirada" que tiene frente al cliente.

Fuente: Blog se ofrecen caricias

domingo, 6 de mayo de 2012

La enamorada de Ed


Pero que bueno es este capítulo, me recuerda quien entiende a las mujeres cuando nos enamoramos de ellas, y quien nos entiende cuando lo hacemos. Es todo una paradoja. Veanlo

Tv Ciertopelo

TV CIERTOPELO

Hay cosas que en verdad te levantan el animo, son tan libres y bien pensadas como lo es Tv de Ciertopelo. En este capítulo, Mervin prepara comida a su amigo Ed. veanla es un mate de risa.

jueves, 15 de marzo de 2012

ENTREVISTA ACTRIZ PORNO BRASILEÑA MONICA SANTHIAGO


Hay que saber un poco de portugues para entender a esta actriz porno brasileña, que por lo que dice parece que le entra a todo. Tiene un culazo y tetazas que la hacen una de las actrices pornos más cotizadas de la industria porno.

viernes, 17 de febrero de 2012


Actriz Porno Esperanza Gomez 
La bella colombiana se muestra en la entrevista toda una experta hembra, pero bien sincera de lo que practica. Tener una mujer asi, es un sueño en la que hay que ser bien open mind.  

lunes, 6 de febrero de 2012


ITALA - PERUANA
La combinación de la belleza peruana e italiana, me ha parecido desde mis años del colegio la más sensual e impactante, como para quedarse enamorado.

Guns.N.Roses-Sweet Child O'Mine
Para las rockeras, una buenaza de Guns N Roses. todo un clásico, lo que es de calidad nunca se pierde

viernes, 20 de enero de 2012

JOE ARROYO - CATALINA DEL MAR

Para todas las lindas colombianas, sobre todo las que he conocido, que les ha gustado esta canción. Se han mostrado lindas, preciosas, y sobre todo cariñosas. La tierra del sol y el café es definitivamente la tierra de las mejores mujeres de sudamerica.  

martes, 17 de enero de 2012

Two man sound - Disco samba
Para este verano 2012 que promete traer a las playas mujeres lindas en bikini, mostrando todos sus atributos para nuestra satisfacción. Estar en la playa escuchando a Two man sound, bebiendo una cerveza heladita a lado de una chica bonita en bikini es lo máximo. 

lunes, 16 de enero de 2012

EMF - Unbelievable (video oficial)
 Otra más de EMF, full energía para moverse o bailarla con la manchita, infaltable en un tono con buenas hembras.
Children del album Schubert Dip de EMF (1991)
Esta música es full energía para una noche de verano con los amigos tomando unos vinos helados, buscando nenas en el parque y las discotecas de Barranco.